Barcelona, 1901. La ciudad está viviendo días de gran agitación social. La pobreza extrema de los más desfavorecidos en contraste con la elegancia y la opulencia de la gran avenida, donde se destacan algunos de los edificios singulares, un símbolo de la llegada de la modernidad. Dalmau de la Salle, el hijo de un anarquista ejecutado, es un joven pintor que vive atrapado entre dos mundos. Por un lado, su familia, y Emma, la mujer a la que ama, son acérrimos defensores de la lucha de la clase obrera; los hombres y mujeres que no conocen el miedo cuando se trata de hacer valer los derechos de los trabajadores. En el otro, su trabajo en el taller de cerámica.